El primer matemático de la historia
Pitágoras
es una de las figuras más importantes y, sin embargo, más misteriosas
del Siglo VI antes de Cristo, que es también la época del príncipe
Siddhartha Gautama, de Lao-Tse y de Confucio. Como no existen relatos
originales, su figura queda envuelta en el mito y la leyenda, y resulta
difícil separar los hechos de la ficción. Ninguno de los datos de su
vida puede darse como seguro, salvo que pasó su infancia en Samos, que
ya bien entrado en la cincuentena escapó de la tiranía de Polícrates
para establecerse en Trotona, donde vivió 20 años, y que murió en
Metaponto. A partir de aquí todas las afirmaciones han de matizarse con
un “posiblemente”.
Nacido hacia el año 569 a.C. posiblemente en Samos, una montañosa isla del mar Egeo, próxima a la costa de Turquía. Era hijo de Mnesarco y su mujer Pitias.
Parece que en Mleto pudo haber aprendido algo de geometría de Anaximandro e incluso del entonces anciano Tales , uno de los sabios de Grecia. Quizás por su consejo viajo por Egipto durante 20 años , donde aprendió más geometría y astronomía y se inició en cuestiones religiosas; después lo llevaron prisionero a Babilonia cuando Egipto fue conquistado por los presas.
Cuando tenía 56
años se estableció en Trotona,, al sur de la península Itálica. Allí creó una Academia
y la llamada Hermandad Pitágorica, una especie de secta o comuna de
hombres y mujeres de carácter religioso-filosófico-científico-político
que llego a tener 600 miembros. Hasta entonces estuvo soltero. Allí se
casó con Teano, discípula de la Academia e hija de Milón de Trotona,
hombre rico y muy famoso como luchador, pues se había erigido como
campeón en numerosas olimpiadas. Pitágoras dirigia la Hermandad
Pitágorica desde la casa de su suegro, que le había cedido parte de las
dependencias.
Se ha dicho que
quizás el carácter elitista y secreto de aquella Hermandad fue uno de
los motivos de incomodidad en Crotona que llevaron al complot para
asesinarlo, cuando tenía 80 años. Parece ser que consiguió escapar y
murió (algunos dicen que se dejó morir de hambre) en la vecina ciudad de
Metaponto, donde también tenía una comunidad de discípulos.
Pitágoras y Teano tuvieron hijos e hijas. Tras la muerte de Pitágoras, su mujer se hizo cargo de la Academia
y confió a una de sus hijas, Damo, la tarea de conservar y mantener en
secreto los escritos de su padre. Teano se interesó por la física, la
medicina y la pedagogía y destacó en matemáticas por sus trabajos sobre
la proporción aurea.
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